"Trabajando como maestra, descubrí que las experiencias que más nos nutren llevan el sello del proceso creativo, donde nace el empoderamiento."
Trabajar en la educación y fomentar el amor por lo que podemos crear con nuestras propias manos, me ha hecho creer en un mundo más compasivo y sostenible, al que nosotros contribuimos actuando y consumiendo de la manera más respetuosa y amorosa posible con su naturaleza. De aquí nace el aprecio hacia todo lo que nos rodea. Este sentimiento me ayuda a tomar consciencia del impacto que mis acciones tienen en el mundo en el que quiero vivir.
En este mundo de prisas y compromisos, pararse a crear con tus propias manos podría considerarse un acto de rebeldía. Y cada acción, desde consumir de forma consciente y sostenible, hasta crear los objetos de los que nos rodeamos, tiene un impacto en nuestras emociones.